Perfil Iñigo

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Iñigo De Juana

domingo, 12 de julio de 2020

Asma. Correcto manejo de inhaladores

La constancia es crucial para que un tratamiento farmacológico sea eficaz. Olvidarse de una sola dosis no tiene por qué dar al traste con toda la terapia, pero los descuidos frecuentes sí suelen tener consecuencias.
En los tratamientos para el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) no solo hay que acordarse de tomar la medicación, sino que hay que hacerlo bien. Lo cierto es que muchos pacientes no utilizan bien los inhaladores con los que se administran los fármacos para estas enfermedades.
Mario Bárcena, miembro del Grupo de Trabajo de Respiratorio de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), señala que hay dos tipos fundamentales de medicamentos que se administran mediante inhaladores: “Los broncodilatadores que, como su nombre indica, consiguen que las vías aéreas estrechadas por la enfermedad se dilaten; y los corticoides, que logran disminuir la inflamación de las vías aéreas, logrando también su dilatación”.
La vía inhalada tiene como ventaja, según Jordi Giner, enfermero respiratorio y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), “que se administran directamente en el órgano en el que queremos que hagan su efecto –el pulmón-, y por ello la dosis es mucho menor que si se administrasen por otra vía, con la consiguiente disminución de los posibles efectos secundarios”. Por otra parte, añade, “dependiendo del tipo de fármaco, su acción es mayor y mucho más rápida; en algunos casos, en minutos tienen casi un 90 por ciento de su efecto máximo”.

Dispositivos más habituales

Los dispositivos que más se utilizan son los cartuchos presurizados y los de polvo seco.

Cartuchos presurizados

Estos dispositivos  pueden emplearse solos o con la ayuda de una cámara de inhalación, que facilita su uso y aporta mayor cantidad de fármaco al pulmón. El fármaco disuelto en un líquido en el interior del cartucho sale en forma de aerosol cuando se pulsa el dispositivo. En general, hay que agitarlos antes de usarlos.

Polvo seco

Estos últimos “tienen la ventaja de que, en general, requieren menos pasos en su manipulación, lo que facilita la técnica”, asevera Giner. En ellos, el fármaco está en forma de polvo, dentro del dispositivo o en una cápsula que hay que introducir en él.
Bárcena precisa que se pueden usar indistintamente, aunque “los presurizados se pueden utilizar en todo tipo de pacientes, independientemente de la capacidad de inspirar, mientras que los de polvo seco no son los más adecuados cuando el paciente está muy afectado y apenas puede inspirar”.

Fallos más comunes

En palabras del experto de la Separ, “los posibles errores en el uso de los dispositivos de inhalación los podemos dividir en dos grupos: debidos al mal uso de dispositivo y causados por una mala técnica de inhalación”.

Mal uso del dispositivo

Los errores se deben, fundamentalmente, a que el paciente no sigue bien el procedimiento de cada dispositivo para cargarlo, agitarlo cuando es necesario, saber cuándo está vacío… “No realizar correctamente estos pasos puede conllevar una mala, escasa o nula administración del fármaco”, asegura Giner.

Técnica de inhalación

Bárcena considera que hay dos errores comunes a todos los inhaladores, que además son muy importantes:
No vaciar los pulmones antes de aplicarlo (error), mediante una exhalación intensa. “Si queremos llenar los pulmones con el fármaco, antes habrá que vaciarlos”, ilustra.
No retener la respiración (apnea) entre 6 y 10 segundos después de utilizar el inhalador para dar tiempo a que el fármaco se deposite en las vías aéreas.
También hay que tener en cuenta los errores propios de cada dispositivo de inhalación. En los de polvo seco, el más común consiste en no hacer la inspiración profunda y enérgica, mientras que en los cartuchos presurizados el mayor escollo suele estar en no realizar bien la coordinación entre la inhalación y la pulsación del dispositivo. El experto de Semg subraya que, en este caso, “la pulsación debe ser inmediatamente posterior al inicio de la maniobra inspiratoria, que será lenta y constante”.

Consecuencias de un mal uso

Una mala utilización de los dispositivos de inhalación impide que el fármaco llegue en la cantidad deseada al lugar apropiado, lo que se traduce en que “no se obtenga el efecto para el que está diseñado, que es controlar el asma o la EPOC”, resume Bárcena. “Sabemos que los pacientes que utilizan mal los dispositivos o menos veces de las indicadas tienen más crisis o agudizaciones,sufren más hospitalizaciones y tienen peor pronóstico y calidad de vida”, concluye.
El asma y la EPOC son enfermedades que no se curan, pero los fármacos logran controlar los síntomas de forma muy eficaz.

Innovación para mejorar el tratamiento

En los últimos tiempos se han introducido mejoras que facilitan la técnica de inhalación. Uno de los objetivos es proporcionar al paciente mejores herramientas para saber si ha tomado correctamente su dosis. “La mejor prueba es ver que mejoran sus problemas respiratorios”, indica Giner.
Pero también existen elementos en los dispositivos que pueden ofrecer ciertas informaciones al usuario. “Por ejemplo”, explica el enfermero respiratorio, “un clic cuando la inspiración ha sido lo suficientemente enérgica”. En su opinión, “aquí está el futuro de los dispositivos de inhalación”. La conexión a terminales de teléfonos móviles puede servir, además de para recordar cuándo hay que administrar la siguiente dosis, para “informar de la calidad de la maniobra”.
De hecho, la agencia de Estados Unidos responsable de la regulación de medicamentos, la FDA, ha aprobado recientemente el primer inhalador con un sensor incorporado que se conecta a una aplicación del teléfono móvil que puede supervisar el uso y la fuerza de la inhalación del usuario. “Aún no se ha comercializado en España, pero estos sistemas serán de gran ayuda”, vaticina Bárcena.
Una innovación reciente son los dispositivos presurizados que no tienen que ser activadospara generar el aerosol e inhalar, sino que este se genera automáticamente con la maniobra inspiratoria del paciente. También se han desarrollado dispositivos de polvo seco con menos pasos; por ejemplo, los hay que se cargan automáticamente al abrirlos.

Karam Ramadan
Técnico en farmacia y parafarmacia.
Técnico superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico y Biomédico.

Fuentes:
- Artículo de María Sánchez-Monge en  https://cuidateplus.marca.com/medicamentos/2019/03/23/errores-frecuentes-inhaladores-asma-epoc-169910.html

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