Perfil Iñigo

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Iñigo De Juana

miércoles, 30 de diciembre de 2020

La importancia de la barrera lipídica de nuestra piel

 La piel, el órgano más extenso del cuerpo, es nuestra primera y mejor defensa frente a las agresiones externas. Cuando la piel está sana, sus  capas externas trabajan con fuerza para protegernos pero cuando su estado se ve comprometido, su capacidad para trabajar como barrera efectiva se reduce.


 Elegir lo mejor para el cuidado de la piel es una buena opción ya que que nos ayudan a protegerla, potencian sus defensas naturales y las conservan, consiguiendo un buen aspecto y sensaciones  propias de su naturaleza, con lo que ayudan a la piel en su tarea de protegernos.


La piel es una sofisticada estructura multitarea que realiza multitud de funciones esenciales para nuestro bienestar general.


Juega un importante papel psicológico. Como indicación más visible de salud, el estado de nuestra piel afecta en nuestras sensaciones, cómo nos sentimos con nosotros mismos y cómo nos ven los demás.


Pero el papel más importante de la piel es el de ser la primera línea de defensa entre nuestro cuerpo y el mundo en el que vivimos, nos protege y nos ayuda a mantenernos sanos:
  • Manteniendo el equilibrio de fluidos en el cuerpo y previniendo la pérdida de humedad, cuando es necesario.
  • Regulando la temperatura corporal: aísla nuestro cuerpo, conserva el calor en tiempo frío y transpira para refrescar el cuerpo cuando se calienta.
  • Percibiendo la presión y el dolor: absorbe los golpes y nos alerta del peligro.
  • Protegiendo todo el cuerpo frente a los agentes agresores externos.
Los muchos factores externos de los que nos protege la piel son, entre otros: 
  • Cambios en la temperatura y humedad: la piel ayuda a regular la temperatura corporal, controlar la pérdida de humedad y mantener el equilibro de fluidos.
  • Enfermedad: la piel actúa para neutralizar agentes agresivos externos como bacterias, virus y contaminación y les impide entrar en el cuerpo. 
  • Luz UVA: la exposición excesiva a estos rayos genera radicales libres - moléculas agresivas que pueden causar daños en la piel.
  • Presión, golpes y rozaduras: la piel reconoce el dolor y nos avisa del peligro. Actúa como barrera amortiguadora de golpes.
  • Sustancias químicas: la piel es nuestra primera línea de defensa frente a las sustancias agresivas que podemos encontrar en nuestro lugar de trabajo o en casa, donde normalmente usamos productos de limpieza fuertes o prestamos un cuidado inadecuado a nuestra piel.
a piel trabaja duramente para proteger nuestro cuerpo pero las fuerzas a las que está sometida pueden tener impacto sobre su estado y deteriorar sus defensas naturales. Esto puede afectar negativamente a nuestra salud ya que nos volvemos más propensos a sufrir lesiones e infecciones.


La piel misma puede volverse seca, sensible e irritable cuando su barrera protectora se ve comprometida. Esto afecta a su aspecto y las sensaciones que provoca pudiendo influir negativamente en nuestra autoestima. 

Unos hábitos de cuidado minucioso de la piel, utilizando productos que protejan la capa lipídica de nuestra piel pueden ayudar a proteger la piel, potenciar su barrera protectora y facilitarle el trabajo de protegernos. Elegir el producto correcto en el cuidado de la piel también puede prevenir su envejecimiento prematuro.

Muchos de los factores externos de los que nos protege la piel tienen, a su vez, un impacto sobre la misma. La exposición a rayos UVA, los cambios en el clima y en la temperatura, y el uso de productos químicos en el lugar de trabajo, o bien productos de limpieza agresivos en el hogar, pueden desbordar la capacidad natural neutralizante de nuestra piel, dañar su capacidad para fijar humedad y debilitar su efectividad como barrera de protección. Como resultado, la piel puede

desecarsesensibilizarse y ser propensa a sufrir enfermedades como la dermatitis atópica.

Un lavado demasiado frecuente con agua que esté demasiado caliente también puede provocar la desecación de la piel, dañar su barrera de permeabilidad y desencadenar problemas.

Una dieta desequilibrada, hacer poco o ningún ejercicio, el estrés, la falta de sueño, fumar, la deshidratación y determinados medicamentos, son otros factores que tienen influencia sobre la piel y afectan negativamente a su capacidad para actuar como barrera de protección.

La piel también se ve afectada por diversos factores internos: genética, envejecimiento, hormonas y determinados problemas de salud como la diabetes.

La piel se compone de tres capas principales: la epidermis, la dermis y el subcutis – cada una de las cuales contribuye a la capacidad protectora de la piel.

La capa más externa de la piel, la epidermis, forma una barrera protectora contra las influencias medioambientales. La capa externa de la epidermis, el stratum corneum o capa córnea, está formada por células muertas rellenas de lípidos epidérmicos y está cubierta por una película hidrolipídica que incluye el manto ácido.

Ilustración de la barrera dérmica

Lípidos epidérmicos


Son los responsables de fijar la humedad y crear una barrera a la permeabilidad de la piel, ayudando a prevenir la penetración de bacterias y de virus a través de la superficie de la piel.

La película hidrolipídica

Una emulsión de agua y lípidos (grasas) que cubre la superficie de la piel y actúa como barrera complementaria frente a las toxinas. 

El manto ácido

La parte acuosa de la película hidrolipídica. Da a la piel su pH ligeramente ácido, el entorno perfecto para que prosperen los microorganismos amigos de la piel, flora dérmica, y para que los microorganismos perjudiciales sean destruidos. 

Cuando la piel está expuesta repetidamente a ciertos estímulos externos, la capa córnea se engrosa para defender nuestro organismo, algo que podemos observar, por ejemplo, en la formación de callos en las manos y pies cuando éstos están sometidos a fricción repetida. Si un agente infeccioso o irritante traspasa la primera línea de defensa, el sistema inmune de la piel reacciona para regenerarla y repararla. 
Las capas inferiores de la epidermis también son responsables de la producción de vitamina D, que nos protege de la osteoporosis y de enfermedades como el raquitismo.
Las otras dos capas de la piel, la dermis y el subcutis, contribuyen también a la función protectora de la piel.


Karam Ramadan

Técnico en farmacia y parafarmacia.

Técnico superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico y Biomédico.

Fuente:
- https://www.eucerin.es/acerca-de-la-piel/conocimientos-basicos-sobre-la-piel/barrera-protectora-de-la-piel

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miércoles, 23 de diciembre de 2020

Dispepsia, un visitante común en estas fechas

 La dispepsia o indigestión se refiere a las molestias y/o dolor que se produce en la parte alta del abdomen. Algunos pacientes se quejan de dolor, hinchazón, acidez o náuseas, mientras que otros presentan indigestión, pero, en términos generales, todos sufren malestar en esa zona.


La dispepsia se define como un conjunto de síntomas que se originan en el tracto gastrointestinal superior, en ausencia de cualquier causa estructural o enfermedad metabólica que pueda explicarlos.

En los pacientes con dispepsia, el estómago no se relaja en respuesta a una comida, observándose también alteraciones de las contracciones y del vaciamiento gástrico.

En algunos casos, se puede presentar, también, una mayor percepción de la actividad gástrica, lo que se denomina hipersensibilidad visceral

La dispepsia es motivo de consulta médica frecuente ya que hasta el 25 por ciento de la población general lo presenta de forma usual. La dispepsia constituye el 5 por ciento de consultas médicas y hasta 40-70 por ciento de las molestias digestivas en la práctica clínica.

Causas

Las causas de esta afección son desconocidas en la mayoría de los pacientes. En algunos casos, los síntomas pueden presentarse después de una comida excesiva o por haber ingerido determinados medicamentos que producen lesiones en la mucosa gástrica, como pueden ser la aspirina o los antiinflamatorios.


Es posible, también, que la causa se deba a problemas psicológicos, tales como el estrés, la ansiedad o la depresión.

Algunos pacientes con dispepsia pueden tener una herida o erosión, denominada úlcera, en el estómago o en la zona del duodeno, causadas, en su mayoría, por una bacteria denominada Helicobacter pylori.

Las causas por las que se producen la mayoría de los casos de dispepsia son el consumo excesivo de alcohol, la ingesta de alimentos picantes, o muy grasientos, e ingerir grandes cantidades de comida en poco tiempo.

Otras razones pueden ser el tabaquismo, los alimentos con mucha fibra o consumir demasiada cafeína.

Síntomas

El principal síntoma de la dispepsia en el malestar producido en la parte superior del abdomen, que sucede durante o después de las comidas.

Este dolor se describe como calor o ardor en la zona que se encuentra entre el ombligo y la parte inferior del esternón, y la sensación de hinchazón molesta al empezar a comer o después.

Otros síntomas que también pueden producirse, aunque en menor medida, son la distensión abdominal o las náuseas.

Esta afección no es lo mismo que la acidez gástrica ya que los síntomas de ésta suelen originarse en el pecho y pueden irradiarse hacia el cuello o la garganta. 

Según Cristina Gil Paez, gastroenteróloga del Hospital Universitario HM Montepríncipe y profesora en la Facultad de Medicina de la Universidad Ceu San Pablo, los síntomas dispépticos tienen relación con diabetesdisfunción tiroidea, hiperparatiroidismo, colagenopatías, embarazoinsuficiencia renal, isquemia coronaria y patologías malignas gastrointestinales. 

En cada caso los síntomas variarán, tal y como señala la experta. Así quedarían los síntomas así:

  • Diabetes e hipotiroidismo: digestiones lentas (por vaciamiento gástrico lento).
     
  • Hiperparatiroidismoanorexia, vómitos, úlceras gastroduodenales o pancreatitis aguda.
     
  • Colagenopatías: hipomotilidad esofágica o gástrica, hiporexia, reflujo o regurgitación.
     
  • Embarazo: pirosis , reflujo, regurgitación o vómitos.
     
  • Insuficiencia renal aguda y crónica: pirosis, distensión abdominal,  reflujo, gastroparesia.
     
  • Isquemia coronaria: dolor torácico atípico.
     
  • Neoplasias gastrointestinales: dolor abdominal intenso, síndrome constitucional, hemorragia digestiva alta.

prevención

Las medidas que pueden llevarse a cabo para prevenir esta afección son:

  • Relajarse y descansar después de las comidas si el estrés puede ocasionar al paciente una indigestión. Por lo tanto, los especialistas recomiendan evitar realizar ejercicio inmediatamente después de la ingesta.
     
  • Es importante destinar tiempo suficiente para las comidas, masticando los alimentos cuidadosamente y no tragar precipitadamente.

Si el paciente es propenso a sufrir dispepsia, se suele aconsejar que evite tomar medicamentos como el ácido acetilsalicílico y algunos antinflamatorios con el estómago vacío. 

Tipos

Existen dos tipos de dispepsia:

  • Dispepsia funcional: Aquella que se produce sin causa aparente y que no está provocada por un problema orgánico.
     
  • Dispepsia orgánica: En este tipo, la dispepsia está causada por un daño orgánico. 

 

Diagnóstico

La dispepsia se puede detectar a través de los siguientes procedimientos:

  • Ecografía abdominal.
     
  • Esofagogastroduodenoscopia: También denominada endoscopia gastrointestinal. Es un examen que visualiza el esófago, el estómago y el duodeno para detectar si existen lesiones. 

Tratamientos

Si las molestias no se producen con frecuencia, en principio, no es necesario acudir al especialista. Los síntomas desaparecerán solos, pero si no es así, el tratamiento concentra las siguientes pautas:

  • Dieta: En la mayoría de los casos, los pacientes tienen síntomas asociados con la ingesta de alimentos. Por ello, se recomienda que realicen comidas bajas en grasas y calorías, y en pequeñas cantidades.
     
  • Erradicar el  Helicobacter pylori a través de antibióticos en los casos en los que esta bacteria sea la causante.
     
  • Administrar medicamentos que reduzca el ácido (un ejemplo es el omeprazol).

Otros datos

La dispepsia, por lo general, no es un problema grave de salud, a menos que esté acompañado de otros síntomas, como pérdida de peso o molestias a la hora de tragar.

Se recomienda que el paciente asista al especialista si los síntomas persisten durante varios días seguidos, se produce una pérdida de peso considerable o se presentan problemas a la hora de tragar los alimentos.

La afección se considera grave si presenta otros síntomas como: coloración amarilla de la piel y de los ojos denominada ictericia o bien sangre en las heces o en el vómito.

Karam Ramadan

Técnico en farmacia y parafarmacia.

Técnico superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico y Biomédico.

Fuente:

https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/digestivas/dispepsia.html

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jueves, 17 de diciembre de 2020

Niveles de glucosa en sangre

 Los azúcares que se ingieren con los alimentos son transformados por el metabolismo en glucosa. Ésta se desplaza a través del torrente sanguíneo hasta alcanzar las células de diferentes tipos de tejido proporcionando la energía que necesitan para funcionar. El ejemplo más claro de este proceso es el del tejido muscular, que necesita de esta energía para realizar el esfuerzo que le exige cada movimiento.

Al producirse con la digestión de los alimentos, los niveles de glucosa en sangre, a los que clínicamente se denomina glucemia, varían a lo largo del día, oscilando entre concentraciones de 70 y 145 miligramos por decilitro de sangre. Por la mañana, en ayunas son más bajos y se elevan después de cada comida (glucemia postpandrial) y vuelven a descender dos horas después.

Lo recomendable es que la glucemia se mida al levantarse por la mañana y antes del desayuno y se considera normal si los niveles de glucosa que se sitúan entre los 70 y 100 mg/dl en ayunas y en menos a 140 mg/dl dos horas después de cada comida.

niveles de glucosa en sangre

Alteraciones de la glucemia

Cuando el metabolismo de la insulina no funciona correctamente, las células de los tejidos dejan de asimilar correctamente la glucosa y ésta se acumula en la sangre. La voz de alarma debe saltar cuando los niveles de glucosa en sangre estando en ayunas se sitúan entre 100 y 125 mg/dl y después de comer entre los 140 y los 199 mg/dl.

Estas cifras determinan lo que se conoce como un estado prediabético, en el que la diabetes mellitus o de tipo 2 todavía no se ha instaurado pero que supone la antesala de la enfermedad. En estos casos, los cambios de hábitos de vida (perder algo de peso, una alimentación equilibrada y la práctica diaria de ejercicio) pueden ser suficientes para controlar la situación y retrasar e incluso impedir el desarrollo de la diabetes.

Se habla de diabetes  cuando la glucemia se sitúa por encima de 126 mg/dl en ayunas y de 200 mg/dl dos horas después de las comidas. Por encima de estas cifras, si se no se recibe el tratamiento adecuado, puede producirse en cualquier momento lo que se denomina un coma diabético.

Cómo medir la glucemia

En personas sanas la medición de la glucemia suele incluirse en cualquier analítica de sangre u orina, especialmente cuando se trata  de personas obesas, mayores de 50 años o en las que se haya diagnosticado hipertensión arterial o hipercolesterolemia. En ambos casos, las muestras de sangre y orina deben obtenerse en ayunas.

Si se trata de personas ya diagnosticadas de diabetes, éstas deben proceder cada mañana al levantarse y antes de desayunar a la medición de los niveles de glucosa en sangre. Para ello deben utilizar un glucómetro, que es un aparato en el que se introduce una tira reactiva impregnada con una gota de sangre que se obtiene mediante un pequeño pinchazo en un dedo de la mano. Éste proporciona el resultado en apenas unos segundos.

Otras pruebas, como la de tolerancia a la glucosa oral o la de la hemoglobina glucosilada se reservan para casos concretas, como pueden ser los pacientes diabéticos no controlados o las mujeres embarazadas con riesgo de desarrollar una diabetes gestacional.


Te recordamos que en tu farmacia de confianza TUCÁN puedes realizarte un analisis de sangre rápido para conocer el nivel de glucosa en sangre y poder así llevar un control más preciso.

Karam Ramadan

Técnico en farmacia y parafarmacia.

Técnico superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico y Biomédico.

Fuente:

https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/diabetes/niveles-glucosa-sangre.html

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jueves, 10 de diciembre de 2020

Tipos de piel: Cuidados e hidratación de cada tipo

 El tipo de piel que pueda tener cada persona solo la determinan los genes, es decir, por medio de la genética de cada ser humano obtiene las características que la definen; a pesar de esto, la piel puede cambiar su aspecto de acuerdo a una serie de factores que influyen en ella.

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y la carta de presentación de cada individuo, por esta razón debemos darle el mejor cuidado que se merece. Además, no debemos olvidar que la piel es el reflejo de la salud.

Factores que influyen en los tipos de piel

La piel trasmite mucho más de lo se cree y los factores que rodean a cada ser humano afectan directamente a este órgano, ya sea por los cambios atmosféricos como el frio extremo que tiende a secar la piel, o las altas temperaturas que aumenta la probabilidad de tener una piel más grasa, la exposición a los rayos del sol y la contaminación ambiental también inciden en el tipo de piel.

La alimentación es otro indicativo de nuestro tipo de piel, así como otros aspectos en salud y en el cuidado que le prestemos a la piel, influye directamente en determinar los cambios en el estado de nuestra piel.

De igual forma, influyen los tratamientos médicos ingeridos por la persona para aliviar o sanar determinadas enfermedades. Incluso, pueden influir en el desarrollo de otra condición relacionada con el tipo de piel.

Tipos de pieles detalladas

Es preciso saber cuáles son los tipos de piel para poder identificarla y brindarle el mejor cuidado que necesita. Normalmente los tipos de piel se catalogan en cuatro tipos más comunes, pero de allí parten otros tipos de piel según sean las condiciones a las que se someta la piel y el estado de salud que tenga la persona.

Por ejemplo, los valores hormonales representan un factor que infiere en el tipo de piel, condicionándola a tener un tipo de piel acneica-grasa por la producción excesiva de sebo.

De esta manera, podemos añadir que los principales tipos de piel son los siguientes: piel normal, piel seca, piel grasa, piel mixta. De estos cuatros tipos de piel se despliegan otros ya sea por sus secreciones o como es su epidermis, su fisionomía o su sistema inmunológico.

Piel normal o Piel equilibrada

Este tipo de piel puede considerarse como un tipo de piel más equilibrada por ser más sana, este tipo de piel es neutra y tiene la humectación necesaria, ya que no presenta exceso de grasa y tampoco es demasiado seca.

Puede cambiar según las condiciones del entorno y la edad debido a que puede ser más grasa en la etapa de desarrollo de la persona o volverse más seca con el paso del tiempo. Es por ello que se requiere mantener este tipo de piel en el caso de la pubertad, utilizando un método adecuado para el acné y que además no produzca una reacción adversa en la piel. Complementando el cuidado con mascarillas de hidratación para proteger la piel.

Además, en la piel normal influye mucho nuestra alimentación y el metabolismo por lo cual mayormente las personas que tienen este tipo de piel llevan una alimentación sana, al mantener una dieta alta en antioxidantes que incluyen alimentos que contienen vitamina C, vitamina A, Omega 3 y omega 6, y proteínas que ayudan en la cicatrización de los poros de la piel.

De igual forma, las condiciones para mantener una piel normal se fundamentan en la capacidad para distinguir los cambios que se pueden presentar, ya sea por alergias (por medicamentos o alimentos) o que se esté presentando una condición médica que no esté bajo tratamiento y se refleje en nuestra epidermis.

Este tipo de piel normal se caracteriza por sus poros finos, la circulación sanguínea es buena, el color es uniforme, es lisa, suave y libre de impurezas. Por lo general, este tipo de piel no cambia de coloración fácilmente y se conserva neutra.

¿CÓMO CUIDAR LA PIEL NORMAL O PIEL EQUILIBRADA?

La piel normal a pesar de brindar todas esas bondades de mostrar una epidermis sin imperfecciones, también necesita de ciertos cuidados para mantenerla en esa condición. Por lo tanto, no es perfecta como algunas personas creen. Si tienes una piel normal o equilibrada presta atención a los cuidados que debes darle para mantener sus características naturales a lo largo del tiempo.

LIMPIEZA DE UNA PIEL NORMAL

La limpieza en una piel normal es fundamental ya que esto ayuda a que sus poros respiren bien y se mantenga una condición fresca y sin imperfecciones. Preferiblemente debes utilizar productos de limpieza facial suaves.

Aprende a elegir los productos a utilizar en la piel para mantenerla en su estado natural, en el mercado actual podemos encontrar una amplia variedad de productos cosméticos que incluyen distintas presentaciones como desmaquillante en agua, en aceite, leche limpiadora o espuma.

Para una limpieza efectiva necesitas alguno de estos desmaquillantes que ayuden a proteger tu delicada piel frente a los efectos de los cosméticos y las impurezas del ambiente. Es muy sencillo mantener las características naturales de una piel normal, simplemente debes cumplir el paso a paso al desmaquillarte, además de lavar la piel. Si prefieres puedes utilizar algún tónico para proteger tu piel.

HIDRATACIÓN PARA LA PIEL EQUILIBRADA

Esta es una de las etapas que no se puede dejar pasar por alto, porque una piel normal también necesita una buena hidratación. El uso constante de cosméticos y otros factores pueden disminuir la salud de una piel normal y por esa razón requiere para su cuidado, el uso de cremas hidratantes especialmente para pieles normales.

EXFOLIAR LA PIEL NORMAL

Las pieles normales también se pueden exfoliar, pero con precaución, ya que ayuda a combatir las las impurezas presentes en la capa superficial de la piel. Lo más recomendable es:

  • Solamente se requiere una exfoliación suave 1 o 2 veces por semana.
  • Las mascarillas purificadoras faciales o mascarillas humectantes para piel sana solo se deben utilizar 1 vez por semana, de modo que puedes utilizar una semana una mascarilla humectante y la siguiente semana otra mascarilla facial purificadora.

Piel seca o Piel deshidratada

Es considerada como una piel baja en grasa, ya que se caracteriza por presentar una resequedad que la hace vulnerable a ciertas condiciones extremas y termines luciendo una piel descuidada; debes tener en cuenta que es un tipo de piel sensible a los roces y condiciones externas.

Lo que caracteriza a este de este tipo de piel seca es que no produce sebo, por ello tiene un aspecto de resequedad, de modo que los líquidos en la piel necesarios para la humedad son reducidos y en cierta forma, actúa como una protección de la piel ante los agentes externos que la debilitan.

Cuando la piel seca se frota o se expone al roce, tiende a escamarse fácilmente y se siente áspera, de igual forma es propensa a sufrir las condiciones extremas del frio, de manera que el color de la piel tiende a ser rojizo constantemente en ciertas áreas, especialmente en la zona de la nariz y mejillas.

HIDRATACIÓN

De igual forma, la calidad del agua tiende a resecar la piel, mientras el agua contenga una dureza considerable, mayor va a ser la resequedad de la piel. Esta piel sensible presenta una condición donde los poros son cerrados y con un efecto mate.

Por ser una piel delicada el cuidado debe ser mayor, para evitar una desmejoría en el aspecto de nuestra piel, es fundamental mantener una hidratación constante a través de tratamientos, ya sea con cremas hidratantes o alternativas naturales para que actúen directamente en la piel.

La alimentación es otro factor que ayuda a mantener en mejor condición la piel sensible, al aumentar el consumo de alimentos que sean altos en antioxidantes como vitamina E, Vitamina C, zinc y Omega 3, entre otros. Además de tomar precauciones y si es posible evitar exponer la piel a ciertas condiciones ambientales que no sean favorables para la piel sensible, como: temperaturas altas y vientos fuetes.

Todas estas condiciones hasta las más simples, como la temperatura de los aires acondicionados o la calefacción pueden afectar la piel seca. Por lo tanto, este tipo de piel siempre termina afectada por factores que no podemos controlar. Por esto se recomienda una hidratación tanto superficial (mascarillas, cremas, tónicos) como hidratación interna (antioxidantes, agua, vitaminas).

¿Cómo cuidar la piel seca o deshidratada?

Como puedes ver, es un tipo de piel muy sensible y en consecuencia necesita mayores y efectivos cuidados para mejorar el aspecto de la piel ya que tiende a descamarse, se torna rojiza en ciertas partes, las arrugas se notan fácilmente. Por lo tanto, es mejor prevenir que este tipo de piel por falta de cuidados, se vuelva más seca y débil.

Lo primordial es protegerla ante los factores externos y productos que a lo largo del tiempo puedan afectar demasiado este tipo de piel, como, por ejemplo: el uso de jabón en el cutis, aguas con presencia de cloro, aguas con alcohol, evitar exponerse al sol directamente, reducir la exposición a vientos fuertes y fríos extremos.

Es importante también el uso de desmaquillantes especialmente elaborados para piel seca y lavar suavemente el rostro, para luego proceder a hidratar la piel. La hidratación en este tipo de piel es fundamental para ayudar a regenerar los tejidos de la piel seca.

LIMPIEZA ESPECIAL DE LA PIEL SECA

Como toda piel se debe desmaquillar y limpiar, sabemos que es una piel débil pero igual necesita una limpieza suave y desmaquillante apropiado, ya que los productos fuertes pueden ocasionar daños en ella. Este tipo de piel tiende a escamarse con facilidad, acumulando de este modo células muertas y sudor.

Debes buscar la mejor opción para pieles secas, ya sea utilizando lociones sin alcohol o leches desmaquillantes u otras; productos que a la vez ayudan a la piel con la limpieza y la preparan para la humectación.

HIDRATACIÓN Y NUTRICIÓN DE LA PIEL SECA

La nutrición e hidratación de este tipo de piel es fundamental porque ayuda regenerar las capas de la piel, esto es esencial después de la limpieza ya que por medio de la nutrición se contrarrestan los efectos de irritación causados por la limpieza y por otros factores que producen una constante irritación, así mismo ayuda a mejorar la flexibilidad de sus tejidos.

Por esto, a través de una buena nutrición permite una buena hidratación de la piel, ya que no se trata de una hidratación superficial sino de una hidratación que regenere los tejidos de la piel. Actualmente en el mercado existe una gran variedad de productos para la piel seca que nutren e hidratan la piel sin dañarla.

Piel grasa

El tipo de piel grasa sufre de problemas relacionados con granos y espinillas, trastornos generados por el aumento excesivo de sebo en la piel, produciendo más grasa de lo normal, además de mantener un líquido graso constante. En muchos casos la grasa producida es perceptible al tacto y comúnmente se observa más acné o espinillas.

Para este tipo de piel las imperfecciones en la cara como las arrugas son menos perceptibles o no suelen presentar demasiadas arrugas; ya que se caracteriza por ser tensa, no solo por la grasa presente que la mantiene hidratada y lisa más de lo normal, sino que ésta grasa se produce en el tejido subcutáneo de la piel, la cual es un tipo de grasa gruesa.

Para la piel grasa llevar un régimen de alimentación donde no estimule las glándulas sebáceas es primordial para evitar la producción de sebo. La dieta debe incluir alimentos que ayuden a disminuir las grasas. Es importante contrarrestar la grasa mediante tratamientos, mascarillas o tónicos para piel grasa para reducir el brillo excesivo.

La producción excesiva de sebo muchas veces se debe a problemas hormonales o genéticos que causan una estimulación más de lo normal en las glándulas sebáceas. Además, los problemas relacionados con la activación de las glándulas también están ligados al estrés por la aparición y brotes de acné, también mediante fármacos o el uso de productos que irritan la piel.

La piel grasa suele ser una piel gruesa, fácilmente se ven los poros grandes y dilatados en la piel; como es propensa a espinillas, puntos negros, granos y otras impurezas, normalmente se inflaman demasiado y se ven afectadas por bacterias que causan infección en los poros, si no son tratadas adecuadamente pueden dejar cicatrices.

No solo en la común zona T (frente, nariz y mentón) se ven reflejados estos problemas de imperfecciones en la piel grasa, sino en otras zonas sensibles del cuerpo como en la espalda, el área del pecho, los hombros y zona superior de los brazos.

DISTINTOS TIPOS DE PIEL GRASA

Se pueden identificar una variedad de tipos de piel a a partir de la piel grasa y se pueden determinar según sus características como piel tipo acneica, piel seborreica, piel asfíctica y otros tipos de piel grasa que afectan la salud de la piel.

Piel seborreica

Este tipo de piel seborreica es mayormente donde la epidermis tiene mayor cantidad de glándulas sebáceas, como en la zona t, cuero cabelludo, comienzo de la espalda. Esta condición se caracteriza por presentar una leve infamación, enrojecimiento y escamas en la zona donde se produce.

Esta condición en la piel se puede alterar debido al estrés, provocando más erupción en la piel, llegando a afectar también la parte externa del oído causando picor. Las pieles grasas tipo seborreica son más comunes de lo que se piensa. Es posible su alivio por medio de tratamientos administrados de forma oral y mediante la aplicación de cremas que sean desinflamatorias en las zonas afectadas.

Piel asfíctica
piel asfictica

De un tipo de piel grasa se puede pasar a tener un tipo de piel asfíctica, estas circunstancias se deben al inadecuado uso de productos para combatir la piel grasa, como los estípticos que reducen las secreciones y la acción de disminuir se convierte en la obstrucción de los poros, porque las secreciones sebáceas cambian su composición química de líquido graso a un tipo de grasa contraída.

La piel asfíctica es ocasionada por productos cosmetológicos, por ello el cuidado debe ser mayor y requiere ayuda médica, ya que se forman en la piel pequeños quistes que contienen sebo por la obstrucción de los poros y células muertas. Además, esta condición se puede presentar también en mujeres que no retiran adecuadamente el maquillaje diario.

Piel acneica

La piel acneica muchas veces se debe a un descontrol en los valores hormonales y comúnmente aparece en la pubertad, o en casos transitorios por el uso de medicamentos que desarrollan esta condición y en casos más severos es una condición genética que afecta continuamente a la persona.

Usualmente las pieles grasas son propensas a desarrollar acné, pero este tipo de acné es fácil de tratar y no es tan pronunciado, pero en el caso de la piel acneica los factores cambian y el acné es de tipo severo y en muchos casos resistente a los tratamientos.

La piel acneica se caracteriza por el descontrol hormonal, especialmente a los andrógenos (tipo de hormona sexual masculina) que están relacionado al acné. Es por ello que este tipo de piel se da mayormente en la etapa de la pubertad. Además, por la gran cantidad de sebo que se acumula disminuye considerablemente la renovación celular en los tejidos y no permite que las células muertas sean liberadas.

Se pueden presentar cuadros infecciosos en toda el área donde se presenta el acné severo, causando un efecto poco estético por la condición que puede desencadenar este tipo de piel acneica por el crecimiento y retención de bacterias en los poros dilatados.

¿CÓMO CUIDAR LA PIEL GRASA?

Normalmente, al tener una piel grasa se pueden presentar muchos errores que pueden traer consecuencias graves como la piel asfíctica, debido al excesivo e incorrecto uso de productos para eliminar la grasa excesiva, ocasionando el bloqueo de los poros de la piel.

Además, equivocadamente cuando se tiene la piel grasa se tiende a frotar muy duro la piel con productos limpiadores, pensando que de esta forma se van a quitar los excesos de líquidos grasos de la piel, pero esto lo que hace es empeorar más la situación porque después aumentan de manera excesiva las secreciones. Ya que cuando se busca eliminar más las secreciones de sebo más se multiplican.

DESMAQUILLANTES Y LIMPIADORES SUAVES

desmaquillantes y limpiadores suaves

Lo mejor para este tipo de piel es tratarla con de productos que son suaves y al igual que en otras pieles, es importante desmaquillarse, pero sobre todo este tipo de piel debemos limpiarla al levantarnos y antes de dormir. Se recomienda como agua micelar, leches desmaquilladoras y jabón suave.

HIDRATACIÓN Y EXFOLIACIÓN

Esta piel a pesar de su condición de exceso de líquidos grasos, también requiere ser hidratada ya que en cierta parte es considerada un tipo de piel débil, por eso se recomienda el uso de cremas hidratantes de acción leve.

Por otra parte, y no menos impórtate la exfoliación debe de ser para pieles grasas ya que su uso deberá ser 1 vez a la semana. Así mismo, las mascarillas faciales que ayudan a este tipo de piel que por su condición especial requiere de cuidados específicos.

Piel mixta o piel grasa-seca

Es un tipo de piel que es variable entre piel grasa y piel seca, ya que se evidencia en zonas de la piel, algunas áreas donde hay grasa en exceso y en otras partes donde fácilmente se resecan. Las partes del cutis que fácilmente se nota el exceso de grasas son: el mentón, la nariz y la frente (zona T). Las zonas que tienden a presentar resequedad son los ojos, cuello y las mejillas.

Muchas personas tienden a confundir los tipos de piel mixta con los tipos de pieles normales, porque las secreciones de sebo que se presentan no son tan grasas comparadas con el tipo de piel grasa y esto opaca visualmente la zona seca. Esta piel presenta un conjunto de las imperfecciones tanto de piel seca como grasa.

¿CÓMO CUIDAR LA PIEL MIXTA?

La piel mixta, como su nombre lo indica debe recibir dos tipos de cuidado uno donde se combata los altos niveles de grasa (zona T) y el otro donde se trate las zonas secas. Hoy en día en el mercado hay muchas líneas del cuidado de la piel que brinda esta opción, pero con tendencia a un tipo de piel más grasa. Pero si buscas alternativas naturales puedes combinar fácilmente ambos tratamientos.


Karam Ramadan

Técnico en farmacia y parafarmacia.

Técnico superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico y Biomédico.

Fuente:

- https://unisima.com/belleza/tipos-piel/

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jueves, 3 de diciembre de 2020

La migraña. Definición, causas y tratamiento

 Si nunca has tenido migrañas seguramente hayas conocido o conozcas a alguien que las sufre, y seguramente te haya contado lo mas que lo pasa cuando le da un ataque fuerte llegando incluso a sufrir vomito, mareos, etc.


Pero alguna vez te has parado a pensar ¿Qué es la migraña? o en ¿qué la diferencia de un dolor de cabeza normal? ¿Cuáles son sus causas? ¿Es genético? ¿Tiene tratamiento? Pues en este post, y por causa del Día Mundial contra la Migraña, vamos a dar respuesta a todas estas preguntas así que comencemos:

1º ¿Qué es la migraña?

Según La Biblioteca Nacional de Medicina de los EEUUEs un tipo de dolor de cabeza que puede ocurrir con síntomas como náuseas, vómitos o sensibilidad a la luz y al sonido. En muchas personas, se siente un dolor pulsátil únicamente en un lado de la cabeza. Tiene carácter hereditario.

Según la misma fuente, Los ataques de migraña también pueden desencadenarse por cualquiera de las siguientes razones:
  • Abstinencia de cafeína
  • Cambios en los niveles hormonales durante el ciclo menstrual de las mujeres o con el uso de píldoras anticonceptivas
  • Cambios en los patrones del sueño, como no dormir lo suficiente
  • Tomar alcohol
  • Ejercicio u otro estrés físico
  • Ruidos fuertes o luces brillantes
  • Pasar por alto comidas
  • Olores y perfumes
  • Fumar o exposición al humo
  • Estrés y ansiedad 
Ciertos alimentos pueden desencadenar migrañas. Los más comunes son:
  • Chocolate
  • Productos lácteos, especialmente ciertos quesos
  • Productos con glutamato monosódico (GMS)
  • Alimentos que contienen tiramina como el vino rojo, el queso curado, el pescado ahumado, los hígados de pollo, los higos, algunas legumbres
  • Frutas (aguacate, banano, frutos cítricos)
  • Carnes que contengan nitratos (como el tocino, los perros calientes o hot dogs, el salami, las carnes curadas)
  • Cebollas
  • Maní y otras nueces y semillas
  • Alimentos procesados, fermentados, adobados o marinados

2º Diferencia entre migraña y dolor de cabeza normal:


Dolor de cabezaMigraña
Inicio en la tercera décadaInicio en las dos primeras décadas
Tiempo de duración variableTiempo de duración 4-72 horas
Dolor no pulsátilDolor púlsatil
Dolor ligero que no incapacita la rutina diariaDolor que interfiere o incapacita
Responde bien a analgésicos tipo paracetamolNo responde a analgésicos
Sensibilidad a la luz, ruidos y olores
Empeora con el ejercicio
Naúseas y Vómitos

3º Tratamiento:

No existe un tratamiento curativo, pero es una enfermedad manejable. Tu médico te indicará la forma más adecuada para poder controlar la enfermedad y mejorar tu calidad de vida.


El éxito de un tratamiento se mide por la reducción de la frecuencia o la severidad del dolor. Existen dos tipos de tratamientos:
En episodios de dolor agudo tu médico te indicará tratamiento analgésico para detener los síntomas, con medicamentos como:
  • Analgésicos. Su efecto es muy limitado en personas adultas, solo se aconsejan en niños y adolescentes.
  • Antinflamatorios no esteroideos (AINES), para tratar las crisis leves o moderadas de migraña.
  • Triptanes. Usados principalmente para tratar la migraña moderada y severa, y para aquellos pacientes que tienen una crisis leve y no toleran o responden a los AINES.
  • Antieméticos. Se usan principalmente para controlar las náuseas y los vómitos propios de la migraña.
Para prevenir su aparición y reducir la intensidad del dolor te recomendará iniciar un tratamiento preventivo. Se indica cuando las crisis de migraña son muy frecuentes e intensas, y cuando el tratamiento analgésico no hace efecto:
  • Betabloqueantes. Indicados para la migraña con aura, provocada por la hipertensión y el embarazo.
  • Calcioantagonistas. Para prevenir la migraña con o sin aura y para las personas que rechazan los betabloqueantes.
  • Antidepresivos. Cuando hay depresión y/o ansiedad.
  • Antihipertensivos. Para tratar la migraña por hipertensión arterial y cuando el paciente no tolera los betabloqueantes.
  • Neuromoduladores. Se utilizan cuando la migraña está relacionada con el sobrepeso y la epilepsia. También para tratar la migraña sin y con aura, y la migraña crónica.
  • Toxina Botulínica A. Como método preventivo para los casos de migraña crónica.

Karam Ramadan

Técnico en farmacia y parafarmacia.
Técnico superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico y Biomédico.

Fuentes:

- https://www.dolordecabeza.net/dolor-de-cabeza/migrana/

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