¿A quién no le gusta viajar? Pero, como muchos han podido comprobar, los viajes tienen un lado oscuro: Son habitualmente causa de desajuste intestinal.
El modificar el estilo de vida habitual, aumenta el riesgo de producirse un proceso diarreico porque el organismo tiene que adaptarse al nuevo régimen de vida.
Este problema es tan comunicado que existe una entidad clínica propia conocida como ¨diarrea del viajero¨ para describir un cuadro clínico caracterizado por un aumento de la frecuenta, volumen o fluidez de las deposiciones asociado a un viaje o a cualquier situación en la que el paciente se expone a múltiples patógenos intestinales para los que no ha desarrollado ina inmunidad específica (puedes consultar nuestro post de dos partes que habla a cerca del funcionamiento del sistema inmunitario).
en la mayoría de los casos, en origen es bacteriano, sobretodo por E. coli. El contagio se produce por la ingestión de alimentos o agua contaminados. Los virus, especialmente rotavirus, representan un 20-20% de los casos mientras que las infecciones por parásitos tan solo un 5%.
Habitualmente el cuadro está caracterizado por deposiciones acuosas, dolor abdominal, astenia (cansancio) y nauseas. Remite a los 5 días pero en los casos graves puede llegar a durar un mes.
En verano esta patología aparece con más frecuencia, ya que el calor favorece la presencia de ciertos agentes infecciosos.
La mayor complicación que puede causar dicha enfermedad es la deshidratación, sobretodo en niños y personas mayores.
El tratamiento de la diarrea del viajero depende de la gravedad del paciente. Se debe empezar cuanto antes en cuanto aparezcan los primeros síntomas.
Lo primero a lo que hay que hacer frente es a la deshidratación bebiendo mucha agua. Esto, junto a un cambio en la dieta suele ser suficiente para los casos más leves.
En caso de diarreas moderadas acompañadas de vómitos y dolor abdominal, pero sin fiebre ni sangre en las heces, a parte de seguir una dieta y tomas líquidos, pueden ser necesarios medicamentos antidiarreicos (nosotros siempre recomendamos probióticos específicos que frenan la diarrea antes que recurrir a productos químicos sintetizados).
Para prevenir esta diarrea del viajero es fundamental tomar una serie de medidas dietéticas e higiénicas. Siempre hervir, cocinar bien y pelar los alimentos que se vayan a ingerir. Utilizar solo agua que haya sido tratada para que sea potable.
RECOMENDACIÓN EXTRA:
Bifidobacterium lactis LA 304
Lactobacillus acidophilus LA 201
Lactobacillus salivarius LA 302
El modificar el estilo de vida habitual, aumenta el riesgo de producirse un proceso diarreico porque el organismo tiene que adaptarse al nuevo régimen de vida.
Este problema es tan comunicado que existe una entidad clínica propia conocida como ¨diarrea del viajero¨ para describir un cuadro clínico caracterizado por un aumento de la frecuenta, volumen o fluidez de las deposiciones asociado a un viaje o a cualquier situación en la que el paciente se expone a múltiples patógenos intestinales para los que no ha desarrollado ina inmunidad específica (puedes consultar nuestro post de dos partes que habla a cerca del funcionamiento del sistema inmunitario).
en la mayoría de los casos, en origen es bacteriano, sobretodo por E. coli. El contagio se produce por la ingestión de alimentos o agua contaminados. Los virus, especialmente rotavirus, representan un 20-20% de los casos mientras que las infecciones por parásitos tan solo un 5%.
Habitualmente el cuadro está caracterizado por deposiciones acuosas, dolor abdominal, astenia (cansancio) y nauseas. Remite a los 5 días pero en los casos graves puede llegar a durar un mes.
En verano esta patología aparece con más frecuencia, ya que el calor favorece la presencia de ciertos agentes infecciosos.
La mayor complicación que puede causar dicha enfermedad es la deshidratación, sobretodo en niños y personas mayores.El tratamiento de la diarrea del viajero depende de la gravedad del paciente. Se debe empezar cuanto antes en cuanto aparezcan los primeros síntomas.
Lo primero a lo que hay que hacer frente es a la deshidratación bebiendo mucha agua. Esto, junto a un cambio en la dieta suele ser suficiente para los casos más leves.
En caso de diarreas moderadas acompañadas de vómitos y dolor abdominal, pero sin fiebre ni sangre en las heces, a parte de seguir una dieta y tomas líquidos, pueden ser necesarios medicamentos antidiarreicos (nosotros siempre recomendamos probióticos específicos que frenan la diarrea antes que recurrir a productos químicos sintetizados).
Para prevenir esta diarrea del viajero es fundamental tomar una serie de medidas dietéticas e higiénicas. Siempre hervir, cocinar bien y pelar los alimentos que se vayan a ingerir. Utilizar solo agua que haya sido tratada para que sea potable.
RECOMENDACIÓN EXTRA:
Como he mencionado, nosotros preferimos, antes que recomendar productos químicos sintéticos, el uso de los probióticos para el tratamiento de la diarrea.
Según la definición dada por la OMS, los probióticos son «Microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo anfitrión».
Si quisiéramos hablar de todos los beneficios, conocidos a día de hoy, de los probióticos , que por cierto no son solo a nivel intestinal sino a nivel de todo el organismo, necesitaríamos escribir un libro, pero podemos en otros artículos posteriores hacer unos resúmenes interesantes. En este post nos vamos a centrar en su uso para el tratamiento de los problemas intestinales.
Para entender el funcionamiento de los probióticos debemos antes tener claros algunos conceptos claves:
1. La microbiota tiene un papel fisiopatológico en los trastornos intestinales funcionales, en el contexto del eje cerebro-intestino-microbiota.
2. Los probióticos tienen potencial terapéutico en trastornos intestinales funcionales, aunque la evidencia disponible no resulta suficiente aun para realizar recomendaciones sistemáticas de uso.
3. Los probióticos son eficaces en el tratamiento del síndrome del intestino irritable, con un efecto beneficioso sobre sintomatología global, dolor abdominal, flatulencia e hinchazón frente a placebo.
4. Amplia evidencia científica avala el uso de probióticos en el tratamiento de la diarrea aguda en adultos y niños; las guías de práctica clínica recomiendan su uso para esta indicación.
El uso de probióticos para el tratamiento de la diarrea aguda (en este caso del viajero) ha sido estudiado en numerosos ensayos clínicos aleatorizados (ECA).
Las cepas que han sido estudiadas y en las que se ha obtenido evidencia de eficacia más consistente son Saccharomyces boulardii CNCM I-754, Lactobacillus rhamnosus GG, L. reiteri DSM 17938.
NUESTRA RECOMENDACIÓN:
LACTIBIANE INMEDIA:
Lactibiane Imedia contiene 4 cepas microbióticas dosificadas a 30 mil millones por stick:
- Bifidobacterium longum LA101,
- Lactobacillus helveticus LA102
- Lactococcus lactis LA103
- Streptococcus thermophilus LA104.
Las cepas microbióticas de Lactibiane Imedia, seleccionadas por Pileje, están inscritas en la Colección Nacional de Cultivos de Microorganismos (CNCM).
La forma de tomarlo es de un stick al día disuelto directamente en la boca o con un yogurt, agua, zumo... (nunca con algo caliente). El primer día se deben tomar dos sticks, y el segundo y tercer día sólo uno.
LACTIBIANE IKI:
Lactibiane Iki contiene 3 cepas microbióticas concentradas con 40 mil millones por sobre:
Bifidobacterium lactis LA 304Lactobacillus acidophilus LA 201
Lactobacillus salivarius LA 302
Las cepas microbióticas de Lactibiane Iki, seleccionadas por Pileje, están inscritas en la Colección Nacional de Cultivos de Microorganismos (CNCM).
Posología: 1 sobre el primer día con un gran vaso de agua, 1 sobre el segundo día y el otro sobre el tercer día. Siempre separar su toma de la toma de antibióticos, al menos una hora.Conservar en un lugar fresco y seco.
Karam Ramadan
Técnico en farmacia y parafarmacia.
Técnico superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico y Biomédico.
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914 650 240
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