Las alergias alimentarias y las intolerancias alimentarias pueden cursar con síntomas similares, pero se trata de dos afecciones que difieren considerablemente entre sí. Las intolerancias alimentarias, como la intolerancia a la lactosa y la enfermedad celíaca, pueden hacer que una persona se encuentre mal. Pero las alergias alimentarias, no solo pueden hacer que alguien se encuentre mal sino que pueden ocasionar reacciones de riesgo fatal.
Padecer una intolerancia alimentaria involucra:
- el organismo de la persona no puede digerir correctamente determinado alimento
- determinado alimento irrita el sistema digestivo de la persona
Entre los síntomas de la intolerancia alimentaria, se incluyen los siguientes: náuseas, gases, retortijones abdominales, diarrea, irritabilidad, nerviosismo y/o dolor de cabeza.
Una alergia alimentaria ocurre cuando el sistema inmunitario del organismo, que normalmente lucha contra las infecciones, interpreta que determinado alimento es un invasor. Esto provoca una respuesta desproporcionada por parte del sistema inmunitario: la reacción alérgica, en la cual el organismo libera una serie de sustancias químicas, como la histamina. Esta reacción puede ocasionar síntomas como: problemas para respirar, opresión de garganta, tos, ronquera, vómitos, dolor de estómago, urticaria, inflamación o disminución de la tensión arterial.
A pesar de que las reacciones alérgicas que ha presentado una persona en ocasiones anteriores hayan sido de carácter leve, siempre existe la posibilidad de que su próxima reacción alérgica sea de riesgo vital. El hecho de ingerir una cantidad microscópica de determinado alimento, o a veces incluso el mero hecho de tocarlo o de inhalarlo, puede desencadenar reacciones alérgicas graves. Por este motivo, una persona afectada por una alergia alimentaria debe evitar por completo el alimento problemático y llevar siempre encima un inyectable de adrenalina (o epinefrina).
Contrariamente, muchas personas que padecen intolerancia alimentaria pueden ingerir cantidades reducidas de los alimentos problemáticos sin problemas.
En relación a la leche de vaca, esta contiene más de 25 proteínas, de las cuales los mayores alégrenos sin la Beta-lactoalbumuna, las casernas, la alfa-lactoalbúmina y la albúmina sérica.
Según Kid Health:
¿Qué es la alergia a la leche?
Cuando un bebé es alérgico a la leche, significa que su sistema inmunitario, que normalmente combate las infecciones, reacciona de forma desproporcionada a las proteínas de la leche de vaca. Cada vez que el bebé toma leche, su cuerpo cree que las proteínas que contiene son invasores nocivos y se esfuerza en combatirlos. Esto causa una reacción alérgica, donde el cuerpo libera sustancias químicas como la histamina.
La leche de vaca se encuentra en la mayoría de las leches de fórmula. Los bebés suelen presentar sus primeros síntomas de alergia a la leche entre varios días y varias semanas después de tomar leche de fórmula elaborada con leche de vaca. Los bebés amamantados tienen un riesgo menor de tener alergia a la leche que los que se alimentan con leche de fórmula.
La gente puede tener alergia a la leche a cualquier edad, pero se trata de una alergia que es más frecuente en los bebés y los niños pequeños. Muchos niños la superan con la edad, pero hay algunos que no lo hacen.
Si su bebé presenta síntomas de alergia a la leche, tenga siempre a mano dos auto-inyectables de adrenalina por si presentara una reacción alérgica grave, llamada anafilaxia. Un auto-inyectable de adrenalina es un medicamento de venta con receta médica fácil de usar, que viene en un recipiente del tamaño de un bolígrafo grande. El médico de su hijo le enseñará a usarlo.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la alergia a la leche?
En los bebés que presentan síntomas poco después de tomar leche, una reacción alérgica les puede causar:
- resuello o respiración sibilante
- dificultades para respirar
- tos
- ronquera
- opresión de garganta
- estómago revuelto
- vómitos
- diarrea
- ojos hinchados, llorosos y que pican
- urticaria
- inflamación
- una bajada de la tensión arterial que causa sensación de desfallecimiento o pérdida de la conciencia
La gravedad de una reacción alérgica a la leche puede variar. El mismo niño puede reaccionar de forma diferente en cada exposición a la leche. Esto significa que, incluso aunque la reacción anterior haya sido leve, la siguiente reacción podría ser grave y hasta de riesgo vital.
Los niños también pueden tener:
- una intolerancia a la leche, cuyos síntomas, como heces blandas o sueltas, sangre en las heces, rechazo de la alimentación, irritabilidad o cólicos, aparecen de horas a días después de tomar leche.
- una intolerancia a la lactosa, que es cuando al cuerpo le cuesta digerir la leche
Si no está seguro de si su hijo tiene una intolerancia o una alergia a la leche, hable con el médico del niño.
Si su hijo tiene una reacción alérgica
Si su hijo presenta síntomas de una reacción alérgica, siga el plan de acción contra la alergia que le haya entregado el médico de su hijo.
Si su hijo presenta síntomas de una reacción alérgica grave (como inflamación de la boca y/o de la garganta o dificultades para respirar, o si presenta síntomas en dos partes diferentes del cuerpo, como urticaria con vómitos):
- Póngale el auto-inyectable de adrenalina de inmediato. Cada segundo cuenta en una reacción alérgica.
- Llame al teléfono de emergencias (112 en España) y lleve a su hijo a un servicio de urgencias médicas. Después de tener una reacción alérgica grave, su hijo deberá estar bajo supervisión médica porque, incluso aunque parezca que ya ha pasado lo peor, se podría producir una segunda ráfaga u oleada de síntomas alérgicos graves.
¿Cómo se diagnostica una alergia a la leche?
Si cree que su bebé podría ser alérgico a la leche, llame al médico. Él le hará preguntas y le explicará qué le podría estar ocurriendo a su bebé. Después de explorar al bebé, el médico es posible que le pida análisis de heces y análisis de sangre. El médico es posible que los remita a un alergólogo (un médico especializado en tratar alergias).
Es posible que el alergólogo le haga a su bebé una prueba en la piel. Durante la prueba, el médico o un enfermero pondrá un poco de proteína de la leche en la piel del bebé, y luego hará un pequeño rasguño sobre ella. Si su hijo reacciona al alérgeno (la sustancia a la que podría ser alérgico), su piel se hinchará un poco en esa área como si se tratara de la picadura de un insecto.
Si el alergólogo cree que su bebé corre el riesgo de presentar una reacción alérgica grave, le recetará auto-inyectables de adrenalina.
Cómo evitar una reacción alérgica a la leche
Si amamanta a su bebé
Si da el pecho a su bebé y resulta que es alérgico a la leche materna, hable con el alergólogo del bebé antes de cambiar su dieta.
Si alimenta a su bebé con leche de fórmula
Si alimenta a su bebé con leche de fórmula, es posible que el médico le recomiende cambiar a fórmulas extensamente hidrolizadas o bien a fórmulas de aminoácidos, cuyas proteínas se han descompuesto en pequeñas partículas, por lo que es menos probable que desencadenen reacciones alérgicas.
Es posible que también encuentre fórmulas "parcialmente hidrolizadas", pero estas fórmulas no son realmente hipoalergénicas y pueden conducir a reacciones alérgicas considerables.
Karam Ramadan
Técnico en farmacia y parafarmacia.
Técnico superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico y Biomédico.
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